Tener una piscina en casa es un sueño hecho realidad, pero para cuidar este sueño es indispensable someter la piscina a un adecuado mantenimiento y limpieza durante todo el año; antes, durante y después de su uso. Es importante evitar que el agua estancada se convierta en un cultivo de gérmenes y bacterias. Por eso puede seguir todos nuestros consejos para mantener su piscina
El saneamiento o depuración del agua se logra a través de un sistema de filtración, que de hecho constituye la mayor parte del proceso total de mantenimiento de la piscina. La filtración se lleva a cabo con un mecanismo articulado que incluye los cestos del skimmer, los filtros, la bomba, embocaduras y llaves; así como todo el sistema de tuberías por las que pasa el agua hasta ser depurada completamente, filtrando en ella las partículas y residuos visibles.
Después del proceso de filtración, el agua clarificada debe ser desinfectada con cloro convencional o con un clorador salino, para eliminar los microbios y bacterias que no se ven a simple vista, pero que se desarrollan en el agua especialmente durante el verano.
El robot limpiafondos es un mecanismo autónomo que está acoplado a un tubo anillado flexible, que está conectado al skimmer y que succiona con potencia a través de la bomba de filtración.
Esta tarea de limpieza tiene como fin eliminar los residuos que se depositan en el fondo y las paredes de la piscina que pueden no ceder al proceso de filtración, comprometiendo la higiene del agua. Estos dispositivos limpiafondos que pueden ser manuales, automáticos, hidráulicos, eléctricos e incluso robots limpiafondos inteligentes.
La piscina se considera apta para su uso cuando el agua conserva un buen equilibrio en sus niveles químicos, algo que sólo puede garantizar una correcta limpieza. Hay algunos parámetros para la aplicación de los productos químicos necesarios en el mantenimiento de la piscina:
El exceso o deficiencia de cloro, los valores del pH y de la alcalinidad fuera del rango recomendado, o una concentración elevada de sales de calcio y otros minerales; pueden generar problemas como aparición de materia orgánica y amoníaco, irritación de los ojos y la piel de los bañistas, coloración verde o marrón del agua, formación de hongos y algas, turbidez, manchas o sedimentos y oxidación de las partes metálicas, paredes y pisos. Lo más recomendable es solicitar la ayuda de profesionales que brinden ayuda efectiva para solucionar los problemas que surjan con el funcionamiento de la piscina y tomar medidas necesarias.